Internet profundo o “deep web”: no todo el contenido es accesible

¿Sabías que la parte que conocemos de internet sólo representa el 15% de todo lo que existe? El 85% restante es lo que se conoce como deep web o internet profundo. Se trata de información privada que no aparece en los motores de búsqueda como Google, Bing o Yahoo. Por eso, para hacer búsquedas en internet profundo, es necesario utilizar otras herramientas.

Las IP de las páginas que forman parte de la deep web son cambiantes (especialmente en la dark web) y, por eso, es muy complicado hacer un seguimiento de estas webs o descubrir quién las administra. Gracias a este anonimato, internet profundo es muy utilizado para objetivos delictivos y hace que la información sea muy volátil, en cambiar contínuamente de origen.

De esta manera, internet se divide en tres partes:

Podemos observar que en la surface web, la parte más visible, se encuentran todas las plataformas que conocemos: Google, Yahoo, Bing, Amazon, Ebay… Todo el mundo puede acceder a través de cualquier navegador. Después hay la deep web, que engloba todo el contenido que no está indexado en los cercadores convencionales, de manera que para acceder es necesario conocer su URL.

Y, por último, encontramos la dark web, donde hay gran parte del contenido ilegal (pornografía, tráfico de drogas, webs para contractar servicios delictivos, etc.). Para acceder, es necesario utilizar un software especializado, como el TOR. Hay que ir con cuidado, ya que también podemos ser el objetivo de malware o ataques de delincuentes.